Todos quieren saber en cuánto tiempo recuperarán la inversión inicial y si el ahorro posterior merece la pena. Y la respuesta es bien sencilla: se compensa con creces
La factura de la luz sigue subiendo cada día y no parece probable que en los próximos años vaya a romperse esa tendencia al alza. Esto hace que millones de hogares españoles vivan asfixiados por el alto precio de la energía, ganando cada vez más adeptos la opción de apostar por el autoconsumo gracias a la instalación de paneles solares.
El sol es una fuente de energía gratis, ilimitada y limpia, con la que se contribuye al medio ambiente. Sobre el papel, todo son ventajas. Pero hay quien tiene aún dudas al respecto, principalmente por la rentabilidad económica de los costes que conlleva este cambio de modelo energético.
¿El ahorro compensa la inversión inicial?
Es la gran pregunta. Todos quieren saber en cuánto tiempo recuperarán la inversión inicial y si el ahorro posterior merece la pena. Y la respuesta es bien sencilla: se compensa con creces.
Para empezar, todo dependerá de la instalación que necesitemos. No es lo mismo vivir solo que tener una casa con una familia de seis personas. El consumo no es el mismo, pero en todos los casos, el ahorro está garantizado, pues el tamaño de la instalación, y por tanto sus costes, irán en función de esas necesidades específicas.
Teniendo en cuenta que la inversión dependerá del número de paneles solares que necesitemos, los diferentes estudios confirman que, en términos generales, ese coste inicial se verá amortizado en menos de siete años de media.
Esto es posible gracias un ahorro que oscila entre el 50% y el 60% en la factura de la luz. Y lo mejor es que una vez recuperada la inversión inicial, en los siguientes años no haces más que ahorrar.
¿Es rentable para una comunidad de vecinos?
Definitivamente, la instalación de paneles solares supone un importante ahorro para los hogares unifamiliares. ¿Pero qué ocurre con las comunidades de vecinos? Otra gran pregunta con una respuesta muy sencilla: su rentabilidad es aún mayor.
La lógica es aplastante, pues el coste que supone la inversión inicial se reparte entre todos los vecinos, con lo que se reduce el pago de cada uno de ellos e incluso los plazos de amortización.
En este caso, la energía fotovoltaica puede ser utilizada tanto para las zonas comunes como para las viviendas individuales, pudiendo optar además por el autoconsumo compartido con excedentes. Estos se vuelcan a la red eléctrica y provocan que, además del citado ahorro, la comunidad se vea compensada por su compañía eléctrica, reduciendo aún más el precio de su factura de la luz.
Incentivos y subvenciones para fomentar la instalación
A todo lo anterior hay que sumar un aspecto muy importante, como son las ayudas que existen para fomentar el autoconsumo, pues en ocasiones, por más que sea rentable, hay hogares o comunidades que no disponen del dinero necesario para afrontar el coste de una instalación fotovoltaica.
Estas subvenciones que recoge el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia están financiadas por los fondos europeos Next Generation y pueden reducir a la mitad la inversión necesaria, pudiendo solicitarse tanto por empresas y autónomos como por particulares a través de la web de la comunidad autónoma a la que corresponda la instalación.
Fuente: www.elperiodicodelaenergia.com